Cuando la tarde desagua en la noche,
cuando el azul se puntea de luz,
es que mi prima creencia reconduce
mi alma al templo oscuro de los azotes.
Y delante de tu imagen de diosa,
de tu mirada en triguera moldura,
me hago rehén de tu sonrisa hermosa;
me hago un sacrificio a tu dulzura.
Cuando la tarde desagua en la noche
no vivo solo para recordarte,
pero te recuerdo para vivir.
Cuando el azul se puntea de luz,
no me muero para ser tu ofrenda,
pero me ofrezco para no morirme.
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